Monday, October 18, 2021

EL PAPEL DEL CALOR EN LA RECUPERACION MUSCULAR

 

El calor se ha estudiado como un tratamiento eficaz para aliviar las lesiones de los tejidos blandos. La terapia de calor funciona mejorando el flujo sanguíneo y la circulación en el área de tratamiento, lo que permite la oxidación de los músculos y mejora los tiempos de curación. También está surgiendo como una modalidad que acondiciona de manera preventiva los músculos para que sean menos susceptibles a  lesiones. Se ha demostrado que el calor reduce el daño celular después de una lesión músculo-esquelética y también puede ayudar en el crecimiento muscular a través de la expresión de proteínas de choque térmico (HSP, del inglés Heat Shock Proteins). También se ha demostrado que la terapia de calor reduce el dolor muscular y mejora la movilidad y el rendimiento después de los entrenamientos. Si bien aún se están realizando investigaciones sobre las formas más efectivas para que los atletas disfruten de la terapia de calor, es importante explorar los diferentes tipos de herramientas que están disponibles actualmente para ayudar a tus clientes a alcanzar sus objetivos de acondicionamiento físico y recuperación.

 

Ha habido una explosión de productos en el mercado que pretenden ayudar a mejorar el rendimiento. Los atletas en la cima de su juego e incluso algunos gimnasios incluyen saunas de infrarrojos y confían en ellos para aflojar los músculos tensos o aclimatarse a nuevos entornos de entrenamiento. Si bien estos saunas pueden parecer increíbles, todavía hay mucha investigación que debe realizarse para comprender los verdaderos beneficios de estas prácticas y si hay otras opciones más asequibles que producen los mismos resultados.

 

El término "calor" no es muy específico y muchos productos afirman tener beneficios terapéuticos, pero muchos en realidad se calientan demasiado para que su función principal sea la recuperación. Cuando se buscan los productos adecuados, debe apuntar a productos cálidos, no calientes (40-50 grados). Esta temperatura favorece la circulación dilatando los vasos sanguíneos hasta la zona donde se aplica. Esto ayuda a relajar el área, lo que puede ser especialmente útil como ayuda para ayudar a administrar tratamientos como la terapia de pulso o el raspado. Si hay menos tensión en el área, no solo está calmando los músculos adoloridos, sino que también está relajando el área para que el tratamiento en sí sea más agradable. El otro beneficio de cálido en lugar de caliente es que aún puedes variar la temperatura y estarás más en sintonía con lo que te parece correcto. Esto permite proceder con otras herramientas o estiramientos para evitar lesiones sin adormecer el área o causar daños potenciales a la piel.

 

Si estás utilizando la terapia de calor adecuada, notarás que tu piel se siente cálida y enrojecida. Si tus herramientas están demasiado calientes, pueden causar quemaduras o daños en la piel. El propósito del calor es proporcionar flujo sanguíneo y oxígeno al área para acelerar el proceso de curación, por lo que debe asegurarse de que tus herramientas ayuden en este proceso en lugar de causar daño a la piel.

 

Límite de tiempo

El hecho de que el calor no sea un concepto nuevo no significa que no sea poderoso. Esta es una noticia asombrosa para las personas ocupadas que desean maximizar su recuperación en el menor tiempo posible. Los saunas y los jacuzzis tienen temporizadores por una razón, y cuando se buscan herramientas que mejoren la recuperación, también debe asegurarse de que haya un límite de tiempo. Las investigaciones indican que para las lesiones, no se debe mantener el calor en un área durante más de 15 a 20 minutos. Para la recuperación muscular y la pre-habilitación proactiva, 10 minutos está más cerca del período de tiempo ideal. Los beneficios del calor se pueden sentir en minutos y después de que la circulación llegue al área. Si se está usando terapia de calor localizada, puede usarse en múltiples áreas, pero aún se recomienda que las sesiones en cada área individual no excedan los 20 minutos.

 

El tiempo también es un factor cuando se trata de cuándo utilizar los productos para obtener los mejores resultados. Si la persona acaba de sufrir una lesión, se recomienda la crioterapia (terapia de frío) en lugar de calor durante las primeras 48 horas. Después de una lesión, la prioridad es reducir el daño a un músculo o área. El objetivo de la terapia de frío es reducir la inflamación y el trauma tisular. La terapia con frío se usa mejor cuando las articulaciones están hinchadas o inflamadas después del entrenamiento. Después de 24 a 48 horas, se recomienda cambiar a la terapia de calor para ayudar a acelerar el proceso de curación.

 

Conclusión

El calor se ha convertido en un tratamiento eficaz para reducir el dolor, mejorar la circulación y mejorar la curación después del entrenamiento. Los efectos del calor se magnifican cuando se combinan con otros tratamientos, incluidas las terapias de frío, vibración, compresión y raspado. Se recomienda encontrar la combinación correcta de herramientas que mejor se adapten a las necesidades seleccionando productos respaldados por investigaciones y diseñados teniendo en cuenta el rendimiento deportivo. Las herramientas que necesita alguien que se recupera de un entrenamiento y busca aumentar su poder y fuerza son diferentes de una almohadilla térmica tradicional que puedes tener en la casa. Se debe asegurar de encontrar una herramienta que esté tibia, no caliente, para maximizar los resultados y recordar siempre que cuando se use el calor como herramienta de recuperación, la hidratación y el descanso son igualmente importantes.