Siempre se
ha hablado de dos tipos de hipertrofia, hipertrofia sarcoplásmica e hipertrofia
del sarcómero, que también se conoce como hipertrofia de miofibrillas.
La
hipertrofia sarcoplásmica implica un aumento en la cantidad de líquido
sarcoplásmico que rodea el músculo. El aumento de líquido hace que el tamaño
del músculo se incremente y parezca más grande. En esta no hay (o muy poco) aumento
en la fuerza ya que la cantidad de proteínas contráctiles (actina y miosina) se
mantiene igual.
Por el
otro lado, el entrenamiento para la hipertrofia del sarcómero generará un
aumento en la actina y la miosina, pero no un aumento en los fluidos sarcoplámicos,
lo que significa que la fuerza aumentará pero que no habrá una mejora
significativa en el tamaño. La actina y la miosina son los dos filamentos de
proteínas que existen dentro de los músculos y trabajan juntos para producir
una contracción muscular. Ya sea que se desee mover un peso, un objeto o
correr, es necesario que se produzcan contracciones para que ocurra el
movimiento. Cuanta más actina y miosina existan dentro de un músculo, más
fuertes se volverán y más fuerza podrán generar.
Es importante puntualizar que aunque el objetivo prioritario en el
entrenamiento para la hipertrofia sarcoplasmática sea el aumento de tamaño del
músculo, es muy probable que también se consigan mejoras en la fuerza, aunque
este no sea el objetivo primario. Del mismo modo, en un entrenamiento para la
hipertrofia del sarcómero que esta orientado a mejorar el rendimiento
deportivo, aunque el objetivo prioritario sea aumentar la fuerza y/o potencia,
seguramente también se consigan aumentos de la sección transversal del músculo
como efecto secundario.
Si te
preguntas cómo poder centrarte en un tipo de hipertrofia y no en el otro, se puede
resumir en los rangos de repeticiones utilizados en el entrenamiento, así:
- Para la hipertrofia sarcoplásmica, trabajar en rangos de repeticiones de 6-12 a 70% de 1 repetición máxima (1RM) dará a los músculos el aspecto 'bombeado' y aumentará el tamaño del músculo. Un buen sistema de entrenamiento para este tipo de hipertrofia sería el “German Volume Training (GVT)”; este involucra 10 series de 10 repeticiones con 60 segundos de recuperación entre series. La gran cantidad de repeticiones y series a una intensidad moderada desencadenaría la liberación de fluido sarcoplásmico.
- Por el otro lado, los rangos de repeticiones por debajo de 6 que funcionan al 80% de 1RM se centrarán principalmente en la hipertrofia del sarcómero, por lo que la fuerza aumentará pero es posible que no haya un cambio dramático en el tamaño. Un sistema de entrenamiento común para este tipo de hipertrofia sería realizar múltiples series, por ejemplo: 5 series de 5 repeticiones con un descanso de 2 minutos entre series, esto ayudará con las mejoras de fuerza.
Para
resumir, el tamaño físico de un individuo no es suficiente para determinar la
cantidad de fuerza que poseen. En primer lugar, es importante averiguar qué
quiere mejorar la persona en el gimnasio y luego trabajar en un plan para
lograrlo. Si busca mejorar el tamaño, los rangos de repeticiones de 6 a 12 que
trabajan al 70% de 1RM serán el mejor método para aumentar de tamaño. Los
rangos de repeticiones de 1 a 6 al 80% o más, serán los más adecuados para las
personas cuyo objetivo principal es fortalecerse.
Ahora bien, tanto para la mejora de la fuerza máxima como para la
potencia, las adaptaciones a nivel neural son mucho más importantes que las
adaptaciones estructurales, ya que, las mejoras de
fuerza pueden conseguirse sin cambios estructurales, pero no sin cambios ni
adaptaciones a nivel neuronal. Las
mejoras a nivel de Sistema Nervioso Central (SNC) o neurales se deben al
aumento del reclutamiento y de la frecuencia de estímulo a nivel intramuscular,
al aumento de la coordinación intermuscular, (manifestada a través del aumento
de la activación de los músculos sinergistas) y por último, mediante una
reducción de la activación de los antagonistas mediante la inhibición de los
husos musculares.
Como podrás ver está muy extendida la idea de que existen dos tipos de
hipertrofia, una sarcomérica y otra sarcoplasmática. No obstante, y aunque es
un tema controvertido, parece que la investigación científica muestra que
cuando se produce la hipertrofia de la fibra muscular, tanto las proteínas
contráctiles, como las no contráctiles como las demás partes que forman la
célula lo hacen en la misma proporción. Por consiguiente, el área de sección
transversal está estrechamente ligada a la capacidad de un músculo para generar
fuerza.
Por lo tanto, los mecanismos por los que algunos atletas (con mayor
tamaño muscular) tengan menos fuerza que otros atletas de fuerza que presentan
menos área de sección transversal (hipertrofia) no se deben a que sus músculos
sean “agua” sino a otros mecanismo relacionados con la tensión especifica
generada por dichos músculos, déficit de fuerza, mejor utilización del SNC,
etc.