Por Lic. Juan Carlos Mendoza
Presidente de ISFA
En la
sociedad actual en donde las computadoras y la televisión juegan un papel tan preponderante,
el golfista promedio de hoy en día enfrenta muchos desafíos debido a la falta
de movimiento en su vida cotidiana. Actualmente las personas pasan más tiempo
sentados en trabajos de oficina lo que aumenta el riesgo de desarrollar
problemas relacionados con la mala postura, desequilibrios musculares y una
resistencia cardiovascular deficiente. Por esta razón, es imprescindible para
todo aquel aficionado del golf que desee mejorar su juego, el implementar un
programa de acondicionamiento muscular que incluya ejercicios para mejorar el control motor, la estabilidad, el
balance, la movilidad, la flexibilidad y la fuerza.
CONTROL MOTOR. Este es
la capacidad de llevar a cabo el movimiento que pretendes realizar. Viene a ser
un problema cuando tienes las cualidades físicas requeridas para realizar un
movimiento pero te resulta difícil activar los músculos necesarios y coordinarlos
para poder producir el movimiento deseado de forma eficiente. Tu puedes tener
muy buena genética, fuerza, movilidad, etc., pero sino posees la capacidad para
reunir estas características en movimientos coordinados que coincidan con tus
intenciones, estas nunca funcionarán en el mejor momento.
Por esta razón
el control motor es muy importante para los golfistas (y otros atletas). Tener niveles
más altos de control motor hará que sea mucho más fácil seguir las indicaciones
de tu instructor de swing, haciendo que el cambio técnico sea más factible. Lo
mismo ocurrirá con tu entrenamiento físico. Cuando un atleta entiende y controla
sus movimientos, los aumentos en cualidades físicas como la velocidad, la
potencia, la fuerza, siempre mejoran mucho más rápido.
ESTABILIDAD Y BALANCE. La estabilidad
se puede entender como la capacidad de mantener una posición cuando una fuerza
está tratando de interrumpirla. El balance y la estabilidad del cuerpo son
similares y muchas veces cuesta diferenciarlos. La estabilidad es mas que
mantener el balance sobre nuestros pies. Para los golfistas es muy importante
observar la estabilidad de la pelvis, sobretodo el control de la inclinación pélvica,
la rotación pélvica y la rotación del torso.
El centro
de gravedad (CDG) de nuestro cuerpo se encuentra a la altura de nuestra cadera.
Si no podemos mantener la estabilidad en nuestro CDG, será difícil lograr
producir un movimiento eficiente y alcanzar máxima potencia. Idealmente, un
golfista debe utilizar su tronco para transferir la energía de la parte
inferior a la parte superior del cuerpo y finalmente, a las manos, el club
(palo de golf) y la pelota. Cuando alguien carece de estabilidad de la pelvis/tronco
a menudo vemos "fugas de energía". Los jóvenes son víctimas comunes
de la falta de estabilidad de la pelvis/tronco, muchas veces debido a lo rápido
que están creciendo, ya que esto hace que el control del CDG sea mucho más difícil.
Sus extremidades son a menudo capaces de producir más energía de lo que su
pelvis o tronco puede estabilizarse. Debido a esto, los jóvenes pueden obtener grandes
mejoras en la fuerza y la potencia con un trabajo para la estabilidad de la
pelvis y del tronco, ya que les dará la oportunidad de usar y controlar la energía
que poseen.
MOVILIDAD Y FLEXIBILIDAD. Estos son
términos utilizados indistintamente pero no son lo mismo. La movilidad se ocupa
de la capacidad de activamente pasar por un cierto rango de movimiento (ROM) en
un determinado movimiento. Por lo general, es una mezcla de flexibilidad,
estabilidad y fuerza. Por otro lado, la flexibilidad se refiere a cuánto ROM se
tiene en una articulación en particular o cuánto estiramiento puede tolerar un grupo
muscular en particular.
El swing
de golf como la mayoría de las acciones deportivas requiere movilidad en lugar
de flexibilidad. Se necesita un rango adecuado en movimientos muy específicos y
coordinados. La flexibilidad en articulaciones o músculos aislados es sólo una
parte de la ecuación. De igual manera necesitamos la fuerza y la estabilidad
para pasar y controlar estos rangos. Muchas personas piensan que no son lo
suficiente "flexibles" como para lograr un determinado ROM, cuando en
realidad no son lo suficiente fuertes o estables para acceder a dicho rango en
su totalidad.
FUERZA. El aumento de la producción de
fuerza que se puede lograr en un movimiento se determina en gran medida por dos
factores, uno de ellos es el factor neuronal, o sea la calidad de la señal
enviada desde el cerebro a los músculos involucrados para producir el
movimiento deseado. Esto implica mejorar la sincronización de estos grupos
musculares e incrementar el
reclutamiento de las fibras (especialmente las de contracción rápida) en esos
grupos. Es a través de estas mejoras neurales que se logran aumentos
significativos en la fuerza muscular y la potencia, sin aumentos en el tamaño
muscular. Esto explica el por que muchas veces hay personas delgadas que son más
fuertes que otras más robustas, ya que poseen una mejor eficiencia neural, o
sea que son mas eficientes en reclutar toda la fibra disponible del músculo.
Afortunadamente esta habilidad es altamente entrenable.
El segundo
factor es el tamaño del músculo. Las fibras musculares más grandes tienen
potencial para ser fibras musculares más fuertes, y las fibras musculares más
fuertes tienen el potencial de producir más fuerza. La velocidad que se le
aplique al swing es el resultado de la producción de fuerza. El swing de golf
es un movimiento explosivo poderoso que mejora con una buena preparación física.
Para los
golfistas mayores la pérdida de fuerza muscular y tamaño de los músculos se
debe principalmente al proceso natural de envejecimiento que no les permite golpear
la pelota con la misma fuerza de antes. La buena noticia es que hay muchos
estudios que demuestran que con el ejercicio adecuado y una dieta adecuada,
esta disminución se puede reducir en gran medida. Además, dependiendo del nivel
de entrenamiento en que se encuentre el individuo, sus cualidades físicas
pueden mejorar a medida que envejece. De manera que no hay que dejar que la
edad desanime a personas mayores de participar en programas de entrenamiento de
fuerza, ya que con una orientación profesional, será una de las mejores
inversiones que pueden hacer para el golf y la salud en general.