El término “correspondencia dinámica” fue
introducido por primera vez por el profesor Yuri Verskoshansky en 1993 en su
libro “Supertraining”. La correspondencia dinámica es un término genérico que
se refiere a la capacidad de un programa de entrenamiento o ejercicio de
afectar directamente el rendimiento deportivo del atleta. Esto también puede
describirse simplemente como el “efecto de transferencia” o “transferibilidad”
del entrenamiento.
El entrenamiento con vectores de fuerza consiste en caracterizar el movimiento según
la dirección de la resistencia. En teoría, al utilizar ejercicios de
entrenamiento con el mismo vector de fuerza que el movimiento específico del
deporte, se cree que habrá un mayor efecto de transferencia del entrenamiento.
1.
Axial
2.
Anteroposterior
3.
Lateromedial
4.
Posteroanterior
5.
Torsional
6.
Combinación
axial/anteroposterior
Existen dos criterios de correspondencia
dinámica que dan luz al entrenamiento de vectores de fuerza. Estos son:
1.
Los grupos musculares
del ejercicio de entrenamiento deben ser los mismos que los del ejercicio de
competición.
2.
El rango de movimiento
y la dirección del movimiento del ejercicio de entrenamiento deben ser los
mismos que los del ejercicio de competición.
Por lo tanto, el entrenamiento de vectores
de fuerza permite a los entrenadores identificar ejercicios de entrenamiento
que tienen mayor especificidad para los movimientos de competición. Por ejemplo,
dado que el empuje de cadera se realiza en el vector de fuerza anteroposterior
(de adelante hacia atrás), puede tener una mejor transferencia a los deportes
que dependen de la producción de fuerza horizontal (Ej., rugby, sprint,
fútbol), ya que los vectores de fuerza horizontales son anteroposteriores
cuando se está de pie. Por el contrario, la sentadilla puede tener una
transferencia más fuerte al salto vertical debido a su vector de fuerza axial
(de arriba hacia abajo).
Las fuerzas vectoriales afectan a los
músculos al determinar qué fibras musculares se activan principalmente según la
dirección de la fuerza aplicada, lo que significa que, según el ángulo del
vector de fuerza, se involucrarán de manera más prominente diferentes grupos
musculares, lo que conduce a un reclutamiento muscular específico y
adaptaciones de entrenamiento específicas según el patrón de movimiento del
ejercicio.
Dentro de los puntos clave sobre las fuerzas vectoriales y los músculos
tenemos:
La dirección es importante
Un vector de fuerza tiene magnitud
(fuerza) y dirección, por lo que el ángulo en el que se aplica una fuerza
afecta significativamente qué músculos se involucran más.
Activación muscular
Diferentes fibras musculares dentro de un
grupo muscular se pueden activar de manera selectiva según el vector de fuerza,
lo que permite un entrenamiento específico de funciones musculares específicas.
Ángulos articulares y apalancamiento:
El vector de fuerza puede influir en la
efectividad de un músculo según la longitud de su brazo de palanca en un ángulo
articular determinado, lo que afecta la intensidad de la activación muscular.
Por ejemplo los ejercicios que mencionamos anteriormente, la sentadilla (squat) y el empuje de cadera
(Hip thrust).
Si bien ambos ejercicios trabajan a los
glúteos, una sentadilla tiene un vector de fuerza más vertical, que involucra
los cuádriceps de manera más prominente, mientras que un hip thrust tiene un
vector más horizontal, que enfatiza la activación de los glúteos.
Variaciones del press de pecho
Al cambiar el ángulo del press de banca,
el vector de fuerza puede apuntar a diferentes partes de los músculos del pecho
(superior, medio, inferior).
Selección de ejercicios
Elegir ejercicios con vectores de fuerza
específicos para apuntar a los grupos musculares y patrones de movimiento
deseados.
Especificidad del entrenamiento
Diseñar programas de entrenamiento que
imiten los vectores de fuerza encontrados en el deporte o actividad objetivo
para optimizar el rendimiento.
Prevención
de lesiones
Entender los vectores de fuerza puede
ayudar a identificar posibles desequilibrios en la activación muscular y
prevenir riesgos de lesiones.
Conclusión:
La correspondencia dinámica es el «efecto
del entrenamiento» que el programa de entrenamiento físico ha tenido sobre el
rendimiento deportivo del deportista. Sin embargo, debido a la gran cantidad de
variables incontrolables durante la competición, medir la correspondencia
dinámica es extremadamente difícil, por lo que los verdaderos efectos siguen
siendo difíciles de determinar. Dicho esto, hay pruebas suficientes de la
investigación que sugieren que los programas de entrenamiento físico sí mejoran
positivamente el rendimiento deportivo.