Wednesday, August 2, 2017

COMO MANEJAR LAS QUEJAS DE LOS CLIENTES

Las quejas ocurren muy a menudo. Usualmente cuando un cliente se queja, suele ser por una buena razón o preocupación genuina. Por lo general, sienten que el servicio no ha cumplido con sus expectativas o puede ser por un mal entendido. En nuestra industria, por ser de servicio, no podemos evitar las quejas, ya que todo los días estaremos interactuando con todo tipo de personas y debemos de aprender a lidiar con cada tipo de situación para poder ser exitosos. Debemos de cuidar al cliente escuchando su queja y resolverla de la mejor manera posible.

Es importante que veamos las quejas como oportunidades para demostrar nuestro profesionalismo de manera que podamos influir positivamente en nuestros clientes y mantenerlos felices. Ahora bien, con esto no quiero decir que siempre podremos resolver favorablemente un conflicto, pero si debemos de hacer nuestro mejor esfuerzo.

Los clientes quieren saber que alguien los está escuchando y los entiende, y esperan que estemos dispuestos a solucionar el problema a su satisfacción. No importa cuál sea la situación, cuando un cliente presenta una queja, aunque lo haga de una manera inadecuada, debemos estar agradecidos. Después de todo, no se puede arreglar algo que no sabemos que esta roto. Además, debes darte cuenta de que el manejo inadecuado de una queja de un cliente puede ser costoso para tu bolsillo.

A continuación encontrarás cinco estrategias que te ayudarán a manejar las quejas de una manera suave y profesional:

1.-Mantén la calma. Cuando un cliente te presenta una queja, ten en cuenta que el problema no es personal; Él o ella no te está atacando directamente, sino más bien a la situación en si. "Ganar" la confrontación no logra nada. Una persona que permanece en control de sus emociones siempre ocupará una posición más fuerte. Mientras que es perfectamente natural ponerse a la defensiva cuando se nos está atacando, debemos elegir ser "profesionales" y mantenernos tranquilos.
2.-Aprende a escuchar. Deja que el cliente se desahogue. Responde con frases como "Umm", "Ya veo" y "Dígame más". No lo interrumpas. A medida que el cliente se exprese y vea que tu no reaccionas como él/ella lo esta haciendo, comenzará a calmarse. El cliente necesita entrar en un estado de ánimo tranquilo antes de que él o ella pueda oír tu solución o cualquier cosa que tu digas.
3.-Reconocer el problema. Deja que el cliente se de cuenta que tu lo estas escuchando. Si tu o la empresa en donde trabajas cometieron un error, admítelo. Si no has cometido un error y es un malentendido, simplemente explícale al cliente: "Puedo ver cómo esta situación es increíblemente frustrante para usted". De esta manera no estarás necesariamente de acuerdo con lo que el cliente está diciendo, pero demostrarás respeto a cómo él/ella percibe y se siente acerca de la situación. Repitiendo al cliente lo que te acaba de decir hace que baje sus defensas y ganas el derecho a ser escuchado.
4.-Conoce los hechos. Después de escuchar, toma la iniciativa en la conversación. Ahora que el cliente se ha calmado y siente que has escuchado su queja, comienza a hacer preguntas. Utiliza esto como una oportunidad para iniciar una conversación genuina, construyendo una relación de confianza con tu cliente. Para ayudarte a entender mejor la situación, obtén tantos detalles como te sea posible.
5.-Ofrece una solución. Esto podrás realizarlo sólo después de tener suficientes detalles. Debes de tener en cuenta lo que puedes y no puede hacer dentro de las directrices de tu empresa. Hacer una promesa que no puedes cumplir sólo empeorará la situación. Recuerda al ofrecer una solución, ser cortés y respetuoso. Deja al cliente saber que estás dispuesto a tomar el control del problema, incluso si estaba fuera control. Hazte cargo de la situación y deja que el cliente sepa lo que vas a hacer para resolver el problema.

Deja que pasen unos días y luego realiza una pequeña llamada telefónica de seguimiento para asegurarte de que todo está bien. Incluso un pequeño gesto de disculpa puede convertir esta interacción de algo que pudo ser un desastre a una oportunidad de más negocios en el futuro. Puedes ofrecerle un pequeño descuento en la próxima compra que realice o un pequeño certificado de regalo. Un simple gesto como este podría resultar en una futura recomendación de tus servicios a otras personas.


Cada vez que resuelvas las quejas de tus clientes con éxito, comprenderás mejor sus necesidades, los mantendrás como clientes leales y mejorará tu negocio de entrenamiento personalizado.