Tuesday, October 24, 2017

BENEFICIOS DE LOS LUNGES

Un ejercicio que es muy efectivo para formar y fortalecer la parte inferior del cuerpo mientras también lo prepara funcionalmente para las actividades de la vida cotidiana, como caminar y subir escaleras, son los famosos “lunges”. Este versátil ejercicio se puede realizar de diferentes maneras, pero en este articulo nos concentraremos en analizar solamente dos, el lunge convencional hacia delante y el lunge reverso. A continuación analizaremos las ventajas y desventajas de ambas versiones para que puedas determinar qué opción puede adaptarse mejor a las necesidades de acondicionamiento físico de tus clientes.

Lunge convencional
Este ejercicio ha sido durante mucho tiempo un componente básico en los entrenamientos para las piernas de muchos asiduos al gimnasio, y por muy buenas razones. Un estudio de investigación del American Council on Exercise encontró que el lunge hacia adelante es uno de los ejercicios más efectivos para provocar un alto nivel de actividad muscular en el glúteo mayor, el glúteo medio y los isquiotibiales, significativamente más que otros ejercicios comunes para la parte inferior del cuerpo como la sentadilla (squat).

Además de ser altamente efectivo, el lunge hacia adelante también es bastante funcional, ya que en esta fase del ejercicio imita nuestro patrón de caminar. Dado que nuestros cerebros están acostumbrados a poner un pie delante del otro, uno de los beneficios que ofrece el lunge convencional es reforzar el patrón de marcha de una manera que desafía el equilibrio y los músculos de las extremidades inferiores. En la fase de retorno a la posición inicial activa mayormente los músculos isquiotibiales para poder realizar este movimiento.

Sin embargo, esta versión de este ejercicio puede tener implicaciones en la articulación de la rodilla, ya que puede considerarse un movimiento de aceleración, pues el cuerpo se mueve hacia adelante y hacia atrás, lo que resulta en un mayor desafío. Después que el cuerpo es impulsado hacia adelante a través del espacio, para regresar desde la parte inferior del movimiento debe usar la fuerza suficiente para devolver el cuerpo con éxito a la posición inicial, lo que representa una mayor dificultad que puede hacer que este ejercicio  sea un problema para las personas con cualquier patología de la rodilla, ya que para realizarlo correctamente, se requiere una mayor cantidad de fuerza y/o un rango de movimiento mayor.

Es primordial dominar la técnica adecuada de este ejercicio con el peso corporal antes de agregarle una carga extra. Realizar este ejercicio con buena forma puede proporcionar resultados óptimos y minimizar el riesgo de lesiones. Durante el lunge convencional, es esencial que se baje recto con la pelvis flexionada hacia delante y la espalda recta. Se debe avanzar con el pie lo suficientemente hacia adelante para que la parte media de la rodilla delantera esté directamente arriba del tobillo durante el movimiento de descenso. Luego se debe bajar las caderas hasta que las rodillas estén dobladas a 90 grados y se debe colocar la presión del peso en la parte posterior del pie delantero durante el ejercicio, sobretodo al momento de impulsar el cuerpo hacia atrás.

Lunge reverso
Esta versión del lunge ofrece al cuerpo la oportunidad de avanzar en una dirección en la que la mayoría de nosotros no pasamos mucho tiempo (hacia atrás), ofreciendo un nuevo desafío. Sin embargo, en esta versión de este ejercicio es menos difícil equilibrar el cuerpo porque el centro de gravedad siempre permanece entre los dos pies, contrario al lunge convencional en donde el centro de gravedad se mueve hacia adelante del cuerpo durante el movimiento de avance hacia el frente, por lo que el lunge reverso puede ser una opción para las personas que tienen problemas con el equilibrio.

Parte de la facilidad en la realización de esta versión en comparación con el lunge convencional es que se está moviendo el cuerpo hacia arriba y hacia abajo y no a través del espacio, por lo que puede considerarse un movimiento de desaceleración. Su naturaleza estrictamente de movimiento vertical requiere menos fuerza que un lunge hacia adelante, esto permite entrenar los músculos de la pierna de apoyo con menos tensión en las articulaciones, convirtiendo a esta variación en una opción adecuada tanto para las personas con problemas de rodilla como para quienes carecen de movilidad de cadera.

Conclusión

Ya sea que se intente moldear la parte inferior del cuerpo, aumentar el tejido muscular, desarrollar la fuerza del tronco (core) o flexibilizar las caderas, el lunge puede ayudar a lograr el objetivo. Este ejercicio funcional, multi-articular se puede modificar para cumplir con el nivel de condición física y características de una persona. Ambos tipos de lunge, cuando se realizan correctamente, requieren que una cadera se flexione y la otra se extienda, a la vez que también se controle la pelvis a través de una activación adecuada del tronco, ya que los músculos de la cadera, el abdomen y la parte inferior de la espalda deben trabajar de forma sincronizada para controlar la inclinación de la pelvis.