La piel es un órgano vital del
ser humano, que recubre muestro cuerpo con el fin de alisarlo y protegerlo de
las agresiones externas. Este órgano es imprescindible para la vida. Está
formado de 3 capas:
Epidermis: es la capa más externa. Su
misión es la de reponer células y producir melanina, que da color a nuestra
piel.
Dermis: es la capa intermedia y contiene
vasos sanguíneos de terminaciones nerviosas y glándulas sudoríparas.
Hipodermis: es la que contiene en su mayor
parte las células, que almacenan grasa y que se denominan Adipocitos. Los
Adipocitos acumulan sustancias grasas con el fin de regular la temperatura
corporal y amortiguar posibles impactos externos. Cuando el almacenamiento
de grasas no se armoniza con el desgaste de éstas, se produce un aumento en la
talla corporal. Así los Adipocitos o células grasas aumentan su tamaño y
empujan la piel creando pequeños abultamientos o protuberancias, que
se manifiestan al exterior con el nombre de celulitis o piel de
naranja.

Los hombres producen naturalmente
menos celulitis porque la testosterona descompone la grasa, porque tienen menos
receptores alfa y más receptores beta y porque sus ‘septos’ tiran hacia un lado
en vez de hacia abajo, por lo que no se forman los hoyuelos que a las mujeres.
Se diferencian 4 fases en la
celulitis:
Fase 1: Ectasia circulatoria: venosa, linfática y dilatación de vasos dérmicos.
Edema intersticial periadipocitario.
Clínicamente: Pesadez de piernas,
la zona celulítica se palpa espesa, infiltrada, menos elástica y más fría,
comienza a verse a la presión la “piel de naranja”. Pueden aparecer algunas
telangiectasias (venas en forma de telas de araña). Esta etapa es reversible.
Fase 2 Exudativa: La dilatación vascular aumenta, sale suero desde los
capilares hacia el tejido subcutáneo. El edema empuja a las fibras conjuntivas
y filetes nerviosos. Hay hiperplasia e hipertrofia de fibras reticulares
pericapilares y periadipocitarias.
Clínicamente: A los síntomas de
la fase 1, se agrega dolor a la palpación de la zona celulítica. A la presión
aparece la «piel de naranja». Aparecen estrías y várices, tendencia a la
obesidad y lipodistrofia localizada. Esta fase también puede ser reversible.
Periodo de actividad genital.
Fase 3 Proliferación Fibrosa: Las fibras de dermis e hipodermis sufren
una degeneración del colágeno, se forman bloques amorfos que provocan
aprisionamiento de los adipocitos llenos de triglicéridos. Se altera el
metabolismo celular y se forman «micronódulos».
Clínicamente: “Piel de
naranja espontánea”. La piel está fría, seca y con «pocitos». Varices
superficiales y profundas. Artropatías dolorosas y Lipodistrofia localizada
asociada a estrías nacaradas y flacidez. Periodo premenopáusico, se hace
difícil la reversibilidad, salvo efectuar un tratamiento exhaustivo y
sostenido.
Fase 4 Fibrosis cicatrizal: La progresiva compresión de vasos y nervios,
produce alteración nutricional del tejido conjuntivo, sin alteración real del
tejido adiposo que permanece normal en su constitución química. La unión de micronódulos
forma el “macronódulo”.
Clínicamente:“Piel acolchonada o
capitoné” que se ve a simple vista sin necesidad de presión (nódulos duros e
indoloros). Periodo post menopáusico. Esta fase no puede ser revertida
La Celulitis se forma por
deficiencias de la circulación y activación hormonal, la genética y el ritmo de
vida sedentario. La falta de actividad física empeora la situación. La práctica
de ejercicio activa la circulación sanguínea y el
metabolismo de las células grasas.
La celulitis no es una enfermedad
ni síntoma de enfermedad. Aunque encontramos tratamientos como cremas o
mesoterapia que pueden ayudar a controlarla, para controlarla lo mejor es
combinar una buena alimentación con el ejercicio.