La vitamina D es en realidad una hormona más que una vitamina; es
necesaria para absorber calcio y fosfato desde el intestino al torrente
sanguíneo. La vitamina D se produce principalmente en la piel en respuesta a la
luz solar y también se absorbe de los alimentos ingeridos (alrededor del 10% de
la vitamina D se absorbe de esta manera) como parte de una dieta sana y
equilibrada. El hígado y los riñones convierten la vitamina D (producida en la
piel y absorbida en la dieta) en la hormona activa, que se llama calcitriol
(1,25-dihidroxivitamina D). La vitamina D activa ayuda a aumentar la cantidad
de calcio que el intestino puede absorber de los alimentos al torrente
sanguíneo y también previene la pérdida de calcio de los riñones. La vitamina D
modifica la actividad de las células óseas y es importante para la formación de
hueso nuevo en niños y adultos.
¿Cómo se controla la vitamina D?
Las glándulas paratiroides detectan una caída en la concentración de
calcio en el torrente sanguíneo y luego producen la hormona paratiroidea. La
hormona paratiroidea aumenta la actividad de la enzima (catalizador) que
produce vitamina D activa. Este aumento en la concentración de calcio junto con
la vitamina D retroalimenta a las glándulas paratiroides para detener la
liberación adicional de hormona paratiroidea. La producción de vitamina D
también está regulada directamente por el calcio, el fosfato y el calcitriol.
¿Qué pasa si tengo muy poca
vitamina D?
La deficiencia de vitamina D es común en muchos países, probablemente
debido a cambios en el estilo de vida y a la falta de exposición al sol.
También puede ocurrir en caso de enfermedades que afectan el intestino, el
hígado y los riñones y que afectan la capacidad de absorber o procesar la
vitamina D. Si se tienen niveles muy bajos de vitamina D, no se podrá mantener
una concentración adecuada de calcio en la sangre para el crecimiento óseo. Esto provoca raquitismo en los niños y
osteomalacia en los adultos. A medida que ha surgido el papel de la vitamina D
como regulador de otras funciones en todo el cuerpo, se ha sugerido que la
falta de vitamina D está relacionada con la incapacidad de combatir eficazmente
las infecciones, la debilidad muscular, la fatiga y el desarrollo de diabetes,
ciertos tipos de cáncer, esclerosis múltiple, depresión, enfermedades
cardíacas, presión arterial alta y accidentes cerebrovasculares. Aunque aún se
desconocen la relevancia directa y los mecanismos subyacentes a estas
respuestas.
El pescado azul como las sardinas, la caballa y el salmón son buenas
fuentes dietéticas de vitamina D. El calcio se puede encontrar en la leche de
vaca y los productos lácteos. Actualmente, alimentos como los cereales para el
desayuno y la margarina están fortificados con vitamina D. Es importante una
exposición adecuada a la luz solar, especialmente entre abril y octubre,
durante unos 15 a 30 minutos al día. Public Health England recomienda que las
personas de grupos de riesgo (por ejemplo, mujeres embarazadas o en período de
lactancia, niños pequeños y personas con osteoporosis) tomen suplementos de
vitamina D.
¿Qué pasa si tengo demasiada
vitamina D?
Es muy raro tener demasiada vitamina D. Si tiene demasiada vitamina D,
el nivel de calcio en la sangre puede aumentar y esto causa una condición conocida
como hipercalcemia. La hipercalcemia puede provocar una serie de síntomas como
náuseas, vómitos, estreñimiento, cansancio, confusión, depresión, dolores de
cabeza, debilidad muscular, necesidad de orinar con mayor frecuencia y
sensación de sed. Sin embargo, esta condición es muy rara.