Thursday, November 3, 2016

ACLARANDO EL ROL DE ACIDO LACTICO

Todavía existen entre los profesionales del fitness y público en general, ideas o conceptos erróneos que rodean el ácido láctico (lactato), quienes lo consideran la causa principal de la fatiga durante el ejercicio, así como la causa del Dolor Muscular de Aparición Tardía (DMAT o DOMS por sus siglas en inglés) que a veces se sufre luego de 12 a 72 horas de haber realizado ejercicio. Además, también fue considerado erróneamente como un subproducto de desecho del metabolismo que puede afectar el rendimiento deportivo si se le permitía acumularse dentro de la célula muscular.

Por el contrario, investigaciones nos han revelado que el ácido láctico (lactato) es más amigo que enemigo y en realidad sirve como reserva de energía viable para nuestras dos vías aeróbicas y anaeróbicas. Si bien es cierto que la acumulación de este subproducto durante el ejercicio intenso puede alterar el pH del músculo e impedir la contracción muscular al mismo tiempo que activa los receptores del dolor (por ello el dolor muscular agudo), este problema normalmente se resuelve dentro de 30 a 60 minutos después del cese de una sesión de ejercicio. El DMAR experimentado durante las horas posteriores al día no tiene nada que ver con este subproducto metabólico, sino que está más alineado con micro traumatismos que ocurren dentro de las fibras musculares debido a las cargas o los volúmenes de acción muscular excéntrica excesivas o para las cuales los músculos de un individuo no están debidamente acondicionados.

Otra fuente de confusión, es la diferencia entre 'el ácido láctico’ y de ‘lactato’. Aunque el ácido láctico se produce como un subproducto de la descomposición de la glucosa  (glucólisis) cuando la demanda de energía excede la disponibilidad de oxígeno, es un ácido débil que implica que fácilmente se disocia en agua, el componente principal del sarcoplasma, donde tiene lugar la glucólisis. Los productos de esta disociación son la formación de un ión de lactato (cargado negativamente) y un ión de hidrógeno (con carga positiva). De manera que, técnicamente, aunque el ácido láctico se considera generalmente un término común cotidiano, en realidad nos estamos refiriendo a la presencia de lactato (L-) e hidrógeno (H+) en el cuerpo humano. Y es en realidad estos iones (H+) y no el lactato los que disminuyen el pH del tejido que interfiere con la acción de los músculos. La disminución del pH en cualquier tejido (por ejemplo: células, sangre) se llama acidosis.


¿Cómo podemos evitar la acumulación de ácido láctico? Con un programa de entrenamiento bien diseñado el organismo desplegará mecanismos adaptativos que harán que el ácido láctico no se acumule tan rápidamente, y si comenzará a hacerlo, el músculo lo soportará de forma más efectiva.