Tuesday, May 9, 2017

REDUCIENDO EL RIESGO DE UNA LESION EN EL LCA

Nadie quiere quedar fuera del equipo por un esguince de tobillo, lesión en una rodilla o una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA). Todas estas lesiones son comunes en atletas jóvenes. Pero, ¿Hay algo que se pueda hacer para evitar o reducir el riesgo de padecer una de estas lesiones? ¡Claro de si!

Lo primero es aprender a moverse con una buena alineación para proteger las rodillas. Se debe desarrollar conciencia de la posición del cuerpo, fuerza y equilibrio para apoyar correctamente las rodillas y tobillos. Siempre se debe saltar, aterrizar, pararse y moverse con las rodillas directamente alineadas sobre los pies. Para ello se debe desarrollar fuerza en las caderas y muslos, calentar y estirar antes de un juego o práctica. Se deben realizar una variedad de ejercicios hasta que los patrones de movimiento se ejecuten automáticamente sin tener que pensar en ellos.

Las lesiones de las extremidades inferiores ocurren con mayor frecuencia durante las maniobras que involucran saltos (sobretodo al aterrizar) y cambios bruscos de dirección. Esto se debe a un control neuromuscular insuficiente de la mecánica de los miembros inferiores, particularmente en el plano frontal. El patrón de movimiento más común que ocurre al momento de una lesión del LCA u otra lesión en la extremidad inferior es un fémur girado internamente que mueve la posición de la rodilla hacia adentro (conocida como posición valgo) y que deja la pierna inferior girada externamente. Esta posición inestable ejerce gran presión sobre la LCA, que puede ser suficiente para causar ruptura espontánea del ligamento. Mediante evaluaciones de movimientos apropiadas, como la evaluación de la sentadilla, podemos identificar estos mismos patrones de compensación en un ambiente controlado y comenzar a corregirlos.

Cada buen programa correctivo comienza con una evaluación. Cuando evalúes el movimiento de tus clientes, busca compensaciones dentro de la cadena cinética, como cuando las rodillas se mueven hacia adentro y los pies se aplanan y/o se desvían. Estas compensaciones son señales claras de que tu cliente puede estar en mayor riesgo de lesión. Estas compensaciones existen debido a un pobre equilibrio muscular (relaciones de longitud-tensión inadecuadas) y/o patrones de reclutamiento de fibras musculares  inadecuados (acoplamiento de fuerza) alrededor de una articulación.

Una vez que se identifique la compensación del movimiento, se tendrá una mejor idea de qué músculos son hiperactivos y qué músculos son insuficientes. En la mayoría de los casos, el músculo hiperactivo será el sinérgico del que se supone que sea el motor principal para un movimiento específico, y el músculo insuficiente será lo que debería ser el motor principal. Llamamos a este fenómeno “dominación sinérgica”. Aunque hay muchas razones que harían que un motor principal tomara el lugar de un músculo sinérgico, la causa más común es el uso general y la fatiga debido a una recuperación deficiente. Al aplicar un programa de Ejercicio Correctivo, podemos comenzar a reducir estas compensaciones y mejorar los patrones de reclutamiento muscular.


Un programa de Ejercicio Correctivo debe seguir un proceso de cuatro pasos: Inhibir, Alargar, Activar e Integrar. Es importante comenzar con la inhibición de los músculos hiperactivos con técnicas de liberación auto-miofascial con el rodillo de espuma, seguido de estiramiento estático para alargarlos. En el caso de la prevención o recuperación de una lesión del LCA, los músculos hiperactivos más comunes que conducen a la compensación cuando las rodillas se mueven hacia adentro y/o los pies que se giran hacia afuera son los músculos de las pantorrillas, el semitendinoso, la banda iliotibial y el complejo aductor. A continuación, es necesario activar los músculos insuficientes (glúteo medio, bíceps femoral, vasto medio, etc.) con ejercicios de fortalecimiento aislados. La abducción de cadera con resistencia sería un ejemplo de un ejercicio de fortalecimiento aislado centrado en la activación del glúteo medio. Los ejercicios centrados en el movimiento alrededor de una sola articulación trabajan mejor (ejercicios simples). Finalmente, ambos conjuntos de músculos necesitarán ser integrados para trabajar juntos y así crear el movimiento apropiado a través de múltiples articulaciones. Las elevaciones a una sola pierna sobre un banco o cajón, el peso muerto a una pierna y el salto con una pierna para la estabilización, son ejemplos de ejercicios de integración que proporcionan la oportunidad de mejorar la coordinación neuromuscular de tu cliente, la propiocepción, el equilibrio, la agilidad, la estabilidad dinámica y la técnica, todos estos componentes críticos de un sólido programa de ejercicios de prevención de lesiones del LCA.