En el mundo del ejercicio es muy común escuchar sobre
la importancia de una buena comunicación entre los músculos y el cerebro. Esto
de debe a que si queremos construir o mantener la masa muscular de una forma eficiente necesitaremos más
que solamente ir al gimnasio a levantar pesas. Necesitaremos lograr esa
conexión mente-músculo y ahí es donde entra en juego la Activación Muscular.
¿Cómo funciona la Activación
Muscular? Cuando un
músculo es demasiado débil para estabilizar una articulación, el cerebro le
dice a otros músculos alrededor de esa articulación que se contraigan para
poder mantenerla segura. El problema es que no todos los músculos reciben el
mensaje. Cuando el cerebro envía señales sólo a algunos músculos, estos
trabajan horas extras, mientras que otros hacen muy poco trabajo. Esta
situación a menudo conduce a lesiones debido a que la debilidad de ciertos músculos
provoca que otros compensen esa debilidad y terminen por lesionarse. La meta de
un programa de Activación Muscular es identificar y fortalecer los músculos débiles
del cuerpo para que se vuelvan más flexibles, fuertes y saludables.
Cabe señalar que algunas personas erróneamente se
refieren a la activación muscular como terapia. La terapia tiene un objetivo
diferente, cuando nuestro cuerpo tiene una lesión crónica o sufre un daño en un
músculo o articulación, trata de protegerse por medio de apretar o tensionar
otros músculos. Esto también lo podemos ver cuando estamos en una situación de
peligro o de mucho estrés y nuestros músculos se tensan. La terapia por lo
tanto, ya sea terapia física, masaje deportivo o quiropráctico, trata de
liberar tensión y aumentar o recuperar el rango de movimiento. La activación
muscular es diferente, en lugar de conseguir que los músculos se relajen, la
meta es que los músculos se tensen o se contraigan correctamente. La idea es
que al hacerlo, estos músculos proporcionen estabilidad.
La activación muscular busca que los músculos se disparen
y funcionen de forma adecuada. Para ello se debe hacer una inspección en
múltiples puntos para comprobar el equilibrio en distintas tareas y en
ejercicios de empuje y jale. Se debe revisar tanto el lado derecho como el
izquierdo, así como también la eficiencia en los movimientos de empuje contra
los de jale.
Cuando una persona experimenta un dolor muscular o
articular normalmente lo primero que hace es tomar un analgésico para
aliviarlo, lo cual no esta mal pero no se debería quedar hasta ahí, ya que de
esta manera solamente se estaría enmascarando un problema que pudiera llegar a
escalar y convertirse en uno más grande. A medida que nuestro cuerpo se
enfrenta al dolor, este se ajusta para ayudar a aliviarlo y mantenernos avanzando.
El problema es que se produce un desequilibrio producto de ese ajuste que no
está necesariamente siendo abordado. Para mantenernos en marcha, nuestro cuerpo
termina compensando excesivamente el problema original, trabajando horas extras
y creando desequilibrios adicionales. El dolor puede desaparecer, pero si todavía
tenemos ese desequilibrio, algún día volverá a lastimarnos en el camino. Por lo
que se debe buscar la causa de ese dolor para evitar que se manifieste en el
futuro, aquí es en donde la activación muscular tiene su aplicación.
Dentro de los beneficios que se obtienen de una
correcta activación muscular tenemos:
1.- Incremento de la
fuerza. Si no
trabajamos los músculos a su máximo potencial es porque los músculos no se están
comunicando efectivamente con el cerebro, por lo que si mejoramos esta comunicación
estaremos aumentando la capacidad de ellos para generar fuerza.
2.- Mejora la
coordinación. Un
programa de activación muscular ayuda a fortalecer los músculos que se mueven
en una trayectoria directa, haciendo que los movimientos sean más rápidos y coordinados.
3.- Mejora la
flexibilidad. Debido a
que los músculos inhibidos pueden enviar un mensaje equivocado al cerebro y
limitar su rango de movimiento.
4.- Reduce el riesgo de
lesiones. Al fortalecer
los músculos débiles mejoramos la estabilidad de las articulaciones en
movimientos dinámicos por lo que seremos mucho menos propensos a romper un
músculo o ligamento.
5.- Reduce los dolores. El dolor suele ser el resultado de una disfunción muscular a largo plazo o de malos patrones de movimiento que se han repetido durante años. Esto combinado con una comunicación inadecuada entre los músculos y el cerebro da como resultado seguro una lesión. La activación muscular mejora el ciclo de comunicación cerebro-músculo, lo que puede disminuir el dolor y/o evitar que aparezca.
5.- Reduce los dolores. El dolor suele ser el resultado de una disfunción muscular a largo plazo o de malos patrones de movimiento que se han repetido durante años. Esto combinado con una comunicación inadecuada entre los músculos y el cerebro da como resultado seguro una lesión. La activación muscular mejora el ciclo de comunicación cerebro-músculo, lo que puede disminuir el dolor y/o evitar que aparezca.