¿Cómo ayudo a mi cliente a
mantenerse motivado y alineado con su plan de alimentación?
¿Qué métodos puedo enseñarles
a mis clientes a superar pensamientos que demoran su progreso como
"Comenzaré mi dieta mañana" o "Qué diablos, solo se vive una
vez"?
¿Qué hago cuando mi
cliente dice: "Estoy tan estresado que no puedo comenzar a comer de forma
más saludable hoy".
¿Estas preguntas te suenan familiares? Muchos
dietistas y profesionales del ejercicio reflexionan sobre estas cuestiones
diariamente. Muchas veces, puede ser muy frustrante. Como entrenador personal deseas
que tu cliente tenga éxito, le das las herramientas adecuadas para hacerlo y pero
tus esfuerzos fracasan. Aún más difícil es el hecho que solamente tienes unos
minutos unas cuantas veces a la semana para ayudarlos, lo que puede dejarte rascándote
la cabeza.
La mayoría de las veces, después de reunirte con una
persona y profundizar en las razones por las que está atascado, te encuentras
con una respuesta emocional o un patrón de pensamiento obstinado que interfiere
con el cumplimiento de sus objetivos. Algunas veces es miedo (¿Qué pasará si
cambio?), o ira (No es justo, tengo que cambiar la forma en que como). Otras
veces, es estrés (estoy demasiado abrumado para cambiar), ansias (quiero
comerlo), presión del medio (no puedo decir que no a mi pareja) o trauma (soy
hipersensible a todo).
De hecho, un estudio reciente en la Revista de
Nutrición Humana y Dietética encontró que el 55% de los participantes mencionó
la tentación como su razón para comer bocadillos poco saludables y el 26% indicó
comer emocionalmente (sentirse cansado, aburrido o estresado). Entonces,
controlar los antojos y las emociones es clave.
¿Qué puedes hacer? Es importante entender la
influencia de la emoción en las decisiones diarias de alimentación y cómo
canalizar las emociones de una manera que ayude en lugar de obstaculizar los
esfuerzos.
Estos son algunos ejemplos del uso de nuevos consejos
psicológicos para influir en las decisiones sobre los alimentos.
1) Atrapa a tu cliente haciendo algo bueno: si bien
hay muchos comportamientos que tu cliente podría modificar y están
interfiriendo con su progreso, hay varias acciones que están haciendo bien.
Asegúrate de señalarlos. Reforzar los hábitos positivos crea confianza y es un
trampolín para otros comportamientos (por ejemplo, desayunar todas las mañanas,
comer meriendas).
2) Construir en lugar de romper hábitos: lleva un
promedio de 66 días construir un nuevo hábito saludable y de 2 a 5 años para
romper un viejo hábito. Los nuevos hábitos desplazan a los viejos con menos
esfuerzo y lucha. Para algunos comportamientos, en lugar de decirles que
"dejen de hacerlo", es mejor decirles que "comiencen" una
acción hoy (Por ejemplo, en lugar de "dejar de beber refrescos", que comience
a beber menos cantidad y/o sustituirlos por agua).
3) Ejercicios creativos de construcción de confianza:
Primero, construye la confianza y las habilidades de tu cliente en otras
situaciones. Comienza señalando que tienen las habilidades correctas y que
pueden aplicarlas a situaciones de alimentación. Por ejemplo, es probable que tu
cliente muestre control de impulsos en otras áreas de su vida (no fumar,
limitar el uso del celular, etc.). Entonces que practique esas habilidades
ahora con la comida. Por ejemplo, para aumentar el control de los impulsos que
realice unos ejemplos, que tome un sorbo de un refresco y en el medio diga
"no más" o que abra una bolsa de papas fritas y que se diga a si mismo que "pare", es
importante practicarlo para aprender a dominarse.
Recuerda que tus clientes necesitan de tu apoyo y de herramientas
que los ayuden a dar un paso más cerca de su meta cada día, no pretendas que
cambien de la noche a la mañana.