En estos días en donde se está hablando mucho de “género fluido” parece
que hasta la industria del fitness se ha visto invadida por esa corriente de
pensamiento, ya que cuando queremos identificar el papel de un entrenador
personal vemos como muchos profesionales del fitness se presentan como
nutricionistas, terapistas físicos, psicólogos, etc., y brindan consejos sobre áreas
en las cuales carecen de una instrucción formal para ello.
Esta falta de claridad en cuanto al papel que debe desempeñar o “crisis de identidad”, se ve alentada por la falta de regulación en el mundo del entrenamiento personal, lo que permite que ciertos entrenadores personales se tomen tales libertades e intenten ser apoyados y vistos como autoridades en áreas en las que están lejos de serlo. Ahora bien, lo interesante de esto es que la mayoría de las personas que se enfocan en querer abarcar demasiadas áreas de especialización, en realidad nunca se convierten en expertos en ningún área. En pocas palabras, tratar de convertirse en un experto o un maestro en todo, hace que sea difícil convertirse en un experto en cualquier cosa.
Tenemos que recordar que el trabajo principal del entrenador personal es
ayudar a las personas con el diseño a la medida de programas de ejercicios. El
papel de un entrenador personal es actuar como un guía para ayudar a un cliente
a alcanzar de manera segura los objetivos de acondicionamiento físico, lo que
incluye evaluar, motivar, educar y capacitar a los clientes. Bajo este
paraguas, un entrenador personal puede tener que ser más alentador y motivador
para algunos clientes que para otros. En otros casos, es posible que el
entrenador personal deba ser la voz de la razón vigilante y de advertencia para
que el cliente sepa cuándo reducir la intensidad en nombre de la salud. Los
entrenadores personales también deben comprender cuándo deben referir clientes
a otros profesionales de la salud calificados (médicos, terapistas físicos,
nutricionistas, etc.). Una vez que un entrenador personal comprende el alcance
de su rol, la naturaleza del trabajo puede volverse más clara.
Ser un buen entrenador personal es más que tener "buenos"
ejercicios y ser un buen motivador que mantiene a un cliente seguro mientras
trabaja duro. Los entrenadores personales tienen uno de los trabajos más
dinámicos y entran en contacto con una gran variedad de personalidades. Lo que
hace que este trabajo sea único es que los entrenadores personales están en
condiciones de decirles a los clientes qué hacer mientras los corrigen en la
técnica del ejercicio, pero esta corrección no siempre le sienta bien a todas
las personas, ya que dependerá del grado de educación, experiencia, edad, etc.
de cada cliente. Por lo que se necesita tiempo y experiencia para saber qué
"estrategia" utilizar para trabajar con diferentes tipos de
personalidad.
Una pista que puede funcionar bien para ayudar a una persona a
comprender un concepto puede no funcionar para otra. Incluso las cosas más
pequeñas, como la energía y el método elegidos para la motivación o las
palabras clave que utiliza un entrenador personal cuando ayuda a un cliente a
visualizar los resultados, pueden ser muy decisivas para establecer una buena
relación.
Hacer alianzas con otros
profesionales
Para ser un entrenador personal bueno y creíble, no
significa que también tenga que trabajar como médico clínico, psicólogo,
nutricionista o consejero de vida. Simplemente significa que un entrenador
personal debería poder tener un excelente sistema de referencia de otros
profesionales para ayudar a los clientes que lo necesitan. Esto será mucho
mejor para mantener intacta la credibilidad y darle al entrenador personal una
mayor base de clientes potenciales cuando esos profesionales le devuelvan el
favor y le refieran a él sus clientes. Ahora si el entrenador personal podrá
ser visto como una fuente confiable y profesional, que es mucho más poderosa
que simplemente tratar de ser un experto en todos los oficios.
Ser fiel a lo que promueve
Si bien el entrenamiento personal es una industria
centrada en el cliente, no por ello los estándares personales de un entrenador
personal deban quedar de lado, eso significa que debe ser el primero en
practicar lo que predica. Con esto no quiero decir que el entrenador personal
debe lucir como modelo de revista, lo cual no sería malo, sino que debe reflejar
salud y buena condición física propia de una persona que tiene un programa de
ejercicios bien diseñado y que cuida su aliemntación.
Invertir tiempo y dinero
en conocimiento
Es importante que un entrenador cuente con la
experiencia necesaria de primera mano para poder ensenar a sus clientes a
alcanzar sus metas, pero eso no significa que el entrenador personal tenga que
haber sido un fisicoculturista para entrenar uno; sin embargo, sí significa que
el entrenador personal debe tener experiencia de primera mano con lo que
realmente se siente al dedicar tiempo a enfocarse directamente en el desarrollo
muscular como objetivo principal. Pasar horas aprendiendo las técnicas de
hipertrofia muscular y la biomecánica de los ejercicios para ser más eficiente
le dará al entrenador personal la experiencia que necesita para ser relevante
para ese objetivo.
En lugar de poner el tiempo y la energía del
entrenador personal en nada más que crear una "personalidad" en
Internet para que la sigan las masas, los entrenadores personales deben dominar
el oficio del entrenamiento personal siendo un estudiante de por vida. Eso
proviene del estudio, el tiempo dedicado al campo y la educación continua a
través de tutorías, talleres, seminarios y conferencias para el desarrollo
profesional.
Palabras finales
Ser un comunicador reflexivo y efectivo puede ser el primer
paso para tener un impacto en la mayor variedad de clientes, lo que permitirá
servir a más personas y hará crecer el negocio. Tener una red sólida de
profesionales confiables y bien informados en los que el entrenador personal
crea (y que también crean en el entrenador personal) es otra área de profunda
importancia para reforzar la carrera, la credibilidad y la estabilidad laboral
del entrenador personal.