Friday, February 27, 2015

AREAS DE ENFASIS PARA LA ACTIVIDAD FISICA EN ADULTOS MAYORES

*La siguiente información forma parte del programa de certificación para entrenadores personales (ISFA-CPT).

Los adultos mayores pueden lograr altos niveles de actividad física si se tiene suficiente habilidad, experiencia, condición física y entrenamiento. Cuando se promueve la actividad física en adultos mayores se debe evitar la discriminación por causa de la edad ya que esto desmotiva a algunos para alcanzar su potencial,  a la vez que dificulta o imposibilita a otros para alcanzar altos niveles de actividad. A continuación se describen varias áreas que deberían ser enfatizadas cuando se promueve la actividad física en adultos mayores.

Reducción del comportamiento sedentario.  Hay una amplia evidencia de que los adultos mayores que hacen menos actividad física de la recomendada todavía logran algunos beneficios en salud. Tal evidencia es consistente con el consenso científico que hay de la relación dosis-respuesta entre la actividad física y los beneficios en salud que brinda. Por ejemplo, se ha observado una disminución en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares con sólo 45 a 75 minutos de caminata a la semana.

Dar menor énfasis a lograr altos niveles de actividad e incrementar la actividad moderada. Para la actividad aeróbica, una meta realista estará normalmente en el rango de 30 a 60 minutos de intensidad moderada por día. La actividad vigorosa además de presentar un alto riesgo de lesiones tiene poca adherencia por parte de los adultos mayores, debido a que la pérdida de acondicionamiento físico, las enfermedades crónicas y las limitaciones funcionales actúan como barreras para que logren altos niveles de actividad. Este tipo de actividad y/o los altos niveles de actividad sólo son apropiadas para aquellos adultos mayores que presenten una suficiente condición física, experiencia y motivación.


Propuesta gradual. Un incremento gradual de la actividad física conforme al tiempo transcurrido es altamente apropiado y particularmente importante para los adultos mayores. Este parámetro minimiza el riesgo de lesiones debido al sobreuso, vuelve el incremento de la actividad más placentero y, permite un refuerzo positivo al avanzar poco a poco hacia la consecución de metas a mediano plazo. Resulta muy apropiado para los adultos mayores el permanecer un tiempo mayor en una determinada etapa (Ej.: recibir sesiones de entrenamiento dos o tres días por semana antes de aumentar a cuatro) para que puedan ganar confianza en si mismos, experiencia y condición física. Adultos mayores con una mala condición física podrían necesitar ejercitarse en un inicio a un nivel de esfuerzo de 5 en una escala de 10 puntos, y realizar actividades físicas en períodos cortos de 10 minutos en lugar de un sólo período continuo de 20 minutos. Además, los planes de actividad necesitan  ser reevaluados cuando se observan cambios en el estado de salud del participante.

Desarrollando actividad para el fortalecimiento muscular. Este tipo de actividad es particularmente importante para los adultos mayores, debido a su rol de prevenir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad, así como también la densidad ósea y los beneficios que ésta logra al disminuir las limitaciones funcionales que presenten. Actualmente, sólo un 12% de los adultos mayores desarrollan actividades para el fortalecimiento muscular por lo menos dos veces por semana.

Propuesta para mantener un énfasis a nivel individual y comunitario. De igual manera que se hace con el resto de la población, la promoción de actividad física en adultos mayores recae en propuestas a nivel individual y comunitario basadas en la evidencia, y que reflejan la teoría y las investigaciones que se tienen sobre el cambio de comportamiento que se experimenta.


Prevenir lesiones usando estrategias para el manejo de riesgos. Las condiciones crónicas aumentan el riesgo de eventos adversos relacionados con la actividad física (Ej.: las enfermedades cardiovasculares aumentan el riesgo de muerte repentina y la osteoporosis aumenta el riesgo de fracturas), y las lesiones musculares relacionadas con algún tipo de actividad actúan como una barrera contra el desenvolvimiento de una actividad física regular. Todas estas consideraciones nos llevan a poner un mayor énfasis en el manejo de los riesgos a pesar de que no hay suficientes investigaciones sobre estrategias efectivas para prevenir lesiones. Debido a esto el manejo de estrategias de riesgo mayormente recaen en la experiencia clínica, la opinión experta y la preocupación por la responsabilidad legal. La evidencia que se tiene sobre la efectividad de las estrategias de manejo de riesgos viene de la observación de publicaciones sobre estudios de ejercicios donde implementan manejo de riesgos de rutina y en donde rara vez se observan serios eventos adversos. Sin embargo se presume que en estos estudios de investigación se excluyen a adultos con un alto riesgo de lesiones.

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