Saturday, February 28, 2015

COMO MEJORAR LA PROPIOCEPCION

La mejora de la propiocepción requiere progresión, al igual que cuando se desea mejorar la fuerza o la resistencia. De igual forma que no se le pediría a un cliente que realizara el press de banca con 300 libras en su primer día de entrenamiento con pesas, o que  completara un maratón después de su primer semana corriendo. Sin embargo, muchos entrenadores personales no piensan dos veces antes de pedirle a un cliente que realice ejercicios que requieren habilidades propioceptivas.

La propiocepción es la capacidad del cuerpo para transmitir un sentido de la posición, analizar esa información y reaccionar (consciente o inconscientemente) a la estimulación con el movimiento adecuado. En pocas palabras, es la capacidad de saber donde se encuentra una parte del cuerpo sin tener que mirar. La propiocepción permite rascarse la oreja sin tener que mirarse en el espejo o subir las escaleras sin tener que mirar cada escalón.

En su conjunto, la propiocepción incluye equilibrio, coordinación y agilidad,  ya que los propioceptores del cuerpo controlan todos estos factores. Los propioceptores constan de nervios sensoriales y motores que envían y reciben impulsos hacia y desde el sistema nervioso central, desde los estímulos dentro de la piel, los músculos, las articulaciones y los tendones. Estos impulsos transmiten información vital, tal como la cantidad de tensión en un músculo en un momento dado y la posición relativa de una parte del cuerpo durante un movimiento en particular.


Al mejorar su propiocepción, los clientes pueden adquirir las habilidades de equilibrio necesarios para mantener la estabilidad, perfeccionar su agilidad para que puedan cambiar rápidamente de dirección cuando sea necesario y afinar las habilidades de coordinación que les permita realizar actividades físicas de forma precisa y consistente. Los ejercicios de propiocepción reducen el riesgo de lesiones ya que enseñan al cuerpo cómo reaccionar adecuadamente a los cambios repentinos en el medio ambiente. Un buen sentido de la propiocepción es vital para muchas actividades de acondicionamiento físico en donde se busca mejorar la velocidad, agilidad y coordinación.

Al planear ejercicios de propiocepción para un cliente en particular, es importante conocer el nivel de habilidad del cliente de igual forma como cuando se diseña un programa de flexibilidad, de fuerza o de resistencia. Sin embargo no existe una prueba específica para la propiocepción como lo hay para la resistencia cardiovascular o la fuerza muscular. Sin embargo, hay una progresión adecuada a seguir, comenzando con actividades de equilibrio estático, progresando a actividades de equilibrio dinámico y, finalmente, avanzando hacia actividades que trabajen la coordinación y el entrenamiento de la agilidad.

Consideraciones especiales

En el diseño de cualquier programa de entrenamiento para mejorar la propiocepción, se debe tener en cuenta la edad del cliente, el peso corporal, el nivel de  competencia y el calzado.

Edad. Durante las actividades propioceptivas, los niños menores de 16 años tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones que los adultos debido a que su sistema nervioso central no está completamente desarrollado; la información no se transmite con la suficiente rapidez para proporcionar las señales necesarias contra las tensiones corporales excesivas. Los adultos mayores tienen un problema similar,  ya que las transmisiones de mensajes hacia y desde el sistema nervioso central tienden a disminuir con la edad. Además, tanto los niños como los adultos mayores también son más propensos a sufrir lesiones ya que tienden a tener menos fuerza muscular que los adultos.

Peso. El peso corporal es otro motivo de preocupación, sobre todo en la aplicación de actividades de equilibrio dinámico. Entre más pesado sea un cliente, menos puede ser capaz de hacer, ya que la tensión sobre las articulaciones durante un cierto equilibrio dinámico o movimientos de agilidad/coordinación puede ser demasiado para él o ella. Por ejemplo, si un cliente que pesa 250 libras puede ser capaz de realizar un salto vertical sólo cinco veces en 30 segundos, mientras que un cliente de 120-libras puede ser capaz de hacer 20 saltos en el mismo espacio de tiempo. La intensidad y la progresión de las actividades más avanzadas deben basarse en las capacidades únicas de cada cliente.

Técnica. La técnica correcta es esencial al realizar todos los ejercicios propioceptivos. Los clientes deben mantener una buena alineación postural durante cada movimiento y no se les debe permitir compensarlo haciendo uso de otras partes del cuerpo. Por ejemplo, cuando se enseña la técnica de aterrizaje adecuada durante el movimiento del salto, se debe insistir en la necesidad de aterrizar con la parte media del pie (la bola del pie), y no con los talones o los dedos de los pies.

Si en cualquier momento un cliente no puede realizar una actividad usando la técnica apropiada, se debe reducir inmediatamente la dificultad de la actividad hasta llegar a un nivel en donde pueda realizarla correctamente. Permitir que un cliente continúe con la forma incorrecta aumentará su riesgo de lesiones y disminuirá sus probabilidades de tener éxito con el programa general de entrenamiento.

Momento. Se debe de incluir los ejercicios de propiocepción al inicio de la sesión de entrenamiento del cliente, antes que se produzca la fatiga. El momento para realizar estos ejercicios es después del calentamiento, pero antes de la sesión de cardio y/o entrenamiento de fuerza. Ya que a medida que aumenta la fatiga, también lo hace el riesgo de lesiones, sobre todo cuando se está intensificando el nivel de dificultad.

Contraindicaciones

Aunque la mejora de la propiocepción ayuda a reducir el riesgo de lesiones, hay casos en los que puede llegar a causar más daño que bien. La inflamación aguda y condiciones postoperatorias son dos razones comunes y válidas por las que ciertos clientes deben evitar los ejercicios de propiocepción.

Otra contraindicación potencial es la inestabilidad de una articulación. Antes de que un cliente con esta condición pueda empezar a hacer ejercicios de propiocepción, puede que necesite hacer ejercicios de resistencia muscular y de rango de movimiento para fortalecer las estructuras que rodean la articulación afectada. Por supuesto, esto dependerá de la ubicación de la articulación en cuestión con respecto a los ejercicios a realizar.


Con el entrenamiento de la propiocepción, como con cualquier otro tipo de programa de entrenamiento físico, el entrenador personal debe conocer sus limitaciones. No debe dudar en referir a un cliente a otro profesional de la salud si el cliente necesita atención especializada que está fuera de su ámbito de acción y conocimiento. También es vital tener en cuenta las limitaciones del cliente en particular. Como se mencionó anteriormente, un cliente que carece de buena propiocepción no se le debe aconsejar participar en clases grupales de fitness o programas de ejercicios que requieran un alto nivel de habilidad.